Sabemos que no es nada fácil instalar un NUEVO HÁBITO. Pero, ¿por qué?
Somos animales de costumbre: nuestro sistema funciona con la meta principal de asegurar la SUPERVIVENCIA.
Con ese objetivo, el cerebro “afectiviza” nuestros hábitos, lo que repetimos diariamente, lo que sostenemos en el tiempo mediante la conducta, LO CONOCIDO, porque sabe que de esta manera venimos sobreviviendo y se “asegura” de que lo vamos a seguir haciendo.
Si de repente se nos ocurre que queremos implementar algo diferente, eso que querramos adoptar tiene que ser “testeado”: tiene que pasar la “prueba” de la supervivencia, por lo que es fundamental SOSTENERLO CON CONSTANCIA en el tiempo.
LO QUE GENERA UN NUEVO HÁBITO ES LA REPETICIÓN SOSTENIDA A LO LARGO DEL TIEMPO, aproximadamente 21 días.
Entonces, ¿cómo podemos hacer para tener constancia a largo plazo?
En general, tenemos la capacidad de sostener la incorporación de un nuevo hábito cuando tiene ciertas características:
Cuando la META que nos proponemos es MÍNIMA. Si nos proponemos un cambio muy grande, es probable que ni empecemos.
Cuando la META propuesta es MEDIBLE Y CONCRETA. Si me propongo cosas abstractas como “Comer más sano” no voy a poder medir si lo estoy logrando o no. Lo ideal es proponerse objetivos donde podamos medir si los estamos cumpliendo.
Cuando la meta que nos proponemos está ALINEADA CON NUESTRO CORAZÓN o con un GRAN deseo de cambiar.
Cuando la meta tiene un GRAN IMPACTO EMOCIONAL en nosotros: miedo a raíz de una situación (por ejemplo, el miedo a contraer Corona Virus).
Cuando la meta es COMPARTIDA con otro.
¿Qué podemos hacer para ayudarnos a permanecer en el tiempo?
Poner DESPERTADORES DE CONCIENCIA externos: por ejemplo, una alarma en el teléfono, pegar un cartel donde podamos verlo, cambiar las cosas de lugar, cambiar la foto del celular, cambiar el ringtone por un sonido estimulante, convocar a amigos, compañeros o familia para que nos llamen o pongan mensajes de recuerdo de nuestro propósito.
Pensar ESTRATEGIAS Y PLANES DE ACCIÓN para ayudar a la presencia. Por ejemplo: Dejar a mano una botella de agua, preparar la ropa deportiva para verla a la mañana, esconder o cambiar de lugar los alimentos que no quiero que me tienten, tener preparada la fruta para el licuado de la mañana.
Tener un DIARIO DE REGISTRO para ir acompañándonos en el proceso (puede ser un cuaderno o una aplicación de notas en el teléfono), para poder notar los obstáculos que percibimos a lo largo del camino y registrar lo conseguido.
VALORAR LO CONSEGUIDO: Muchas veces queremos cambiar algo extremo y no nos sale, pero no valoramos los pequeños cambios o lo que SI pudimos conseguir. Es importante AGRADECER lo aprendido y obtenido en el proceso, aunque no cumpla con nuestras expectativas iniciales, porque a veces son muy altas.
EMPEZAR DE NUEVO: Si no conseguimos lo que queríamos, siempre podemos volver a ajustarlo en función de nuestra experiencia anterior y volver a empezar.
VIVIR DÍA POR DÍA, PASO POR PASO: Pensar en lo que va a pasar en el futuro o su vamos a poder sostener lo que estamos haciendo, no ayuda. La idea es vivirlo con conciencia y curiosidad momento a momento.
¡¡Esperamos que te sirvan estos consejos y que puedas llevar a cabo lo que te propongas!!
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